Esta receta ha sido fruto de lo que llamamos aquí, los restos. Así se aprovechan las cositas que van quedando de otras comidas y tenemos un plato delicioso listo en un momento. El otro día hice pastela de manzana, que es uno de mis platos preferidos, y me sobró salsa con cebolla y manzana, de la que queda cuando haces el pollo. La trituré con todo, la cebolla, la manzana y el caldo y la guardé. Ayer también me sobraron garbanzos de las albóndigas de merluza que hice y los tenía en la nevera, así que hoy sólo he tenido que terminar el plato. ¿Quiéres saber cómo?
Ingredientes:
Caldo con cebolla y manzana de hacer el pollo para la pastela.
Garbanzos cocidos. Yo tenía unos 350g.
2 vasitos de quinoa cocida.
1 puñado de almendras tostadas sin sal.
1 cucharadita de azúcar o media de eritritol glass.
1/2 cucharadita de canela.
Sal.
AOVE.
Preparación:
- Ponemos en una sartén un chorreón de aceite y pasamos un poco los garbanzos, salamos al gusto.
- Añadimos la quinoa y le damos unas vueltas.
- Echamos el caldo de la pastela al gusto, yo puse como un vaso y medio.
- Mezclamos bien y repartimos en dos cazuelas de barro.
- En un mortero, echamos las almendras, el aritritol o el azúcar y la canela, machacamos un poco y mezclamos bien.
- Lo repartimos encima de los platos.
Pues ya tienes tu cazuela lista, seguro que te va a gustar, y así cuando hagas pastela, puedes aprovechar el caldo que siempre queda para hacer otros platos. ¡Buen provecho!
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