Esta mañana, para celebrar la llegada de las vacaciones y en previsión de que nos fuera a tocar el gordo, he llevado una bandeja de rosquitos de anís al cole para desayunar. Estos rosquitos están de muerte, no os engaño, saben a niñez, a abuela, a chimenea... Absolutamente irresistibles... La receta me la dió mi amiga Paz, y es una de esas recetas que guardas como oro en paño porque son una auténtica delicia. ¿Os he convencido ya? Pues vámonos a la cocina que ya mismos tenemos la merienda hecha.
Ingredientes:
200cc de aceite.
200cc de azúcar.
750gr de harina.
3 huevos.
1 sobre y medio de levadura tipo Royal.
1 copa de anís.
1 cucharadita de matalahúga.
La piel de un limón.
Un pellizco de sal.
Aceite para freír.
Para el almíbar:
100gr de azúcar.
500ml de agua.
1 rama de canela.
Preparación:
- Ponemos el aceite en una sartén con la piel de limón y dejamos freír hasta que veamos qué la piel se pone doradito por los filos. Retiramos la sartén del fuego, colamos y dejamos enfriar.
- En un bol grande, ponemos los huevos, el azúcar, el aceite colado, el anís, la matalahúga y la sal y mezclamos con unas varillas manuales hasta que quede una crema espesa.
- Se añade la harina y la levadura y se trabaja con las manos hasta que quede una masa que se puede manejar fácilmente.
- Ponemos un cazo con los ingredientes del almíbar al fuego y dejamos hervir. Retiramos.
- En una sartén echamos aceite para ir friendo los roscos. Tiene que tener bastante aceite, si no, se queman. Yo prefiero que sea de oliva, pero podéis usar el que más os guste.
- Hacemos los roscos con las manos formando aritos no muy grandes ya que luego suben. Y los vamos friendo.
- Cuando veamos qué se doran por un lado, le damos la vuelta.
- Los vamos sacando a escurrir sobre un papel e cocina y luego los pasamos por almíbar y posteriormente por azúcar.
¡Listo! Ya los tenemos preparados, sólo falta la botellita de anís para acompañar... ¡Buen provecho!
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