domingo, 4 de noviembre de 2012

Berenjenas rellenas light

¿Os gustan las berenjenas rellenas? A mí me encantan, pero claro, con la bechamel se convierten en un plato lleno de calorías que no siempre se puede degustar... Así que he hecho una versión light que no tiene nada que envidiarle a la tradicional. Os dejo la receta, que además de ser light es muy fácil y espero que os guste. 
Ingredientes:
(Para 2 berenjenas, 4 mitades)
2 berenjenas medianas o pequeñas.
1/2 paquete de mezcla de setas congeladas.
1 puñaditos de gambas congeladas (las que te entren en la mano, a ojo).
1/2 cebolla.
1/2 ajo.
1 pechuga de pollo hecha tiritas muy finas o picada.
1 chorreón de vino blanco.
4 lonchas de queso light, yo uso las de queso de comer, no las de fundir, me gustan más, concretamente, las de Entrepinares del Mercadona.
Orégano.
Aceite de oliva.
Sal al gusto.
Preparación:
Primero, partimos las berenjenas por la mitad a lo largo y sacamos toda la pulpa con la punta de un cuchillo.  La cáscara la reservamos para luego rellenarla. La pulpa, la ponemos en un plato hondo y la metemos en el microondas tapada unos 5 minutos. Si veis que está cruda, le podéis poner un par de minutos más. Reservamos la pulpa. En una sartén ponemos un chorreón de aceite y echamos las setas y las gambas, no es necesario descongelarlas previamente. Salamos al gusto. Mientras, en otra sartén, ponemos la cebolla con un chorreón de aceite y sal, para que sude, hasta que esté pocha. Añadimos el ajo picado y cuando esté doradito, le echamos las tiras de pollo hasta que estén fritas. Vertemos el chorreón de vino y volvemos a darle vueltas. Incorporamos las setas y las gambas que ya deben haber perdido el exceso de agua y  también la pulpa que teníamos reservada; movemos todo hasta que esté hecho. Rectificamos el punto de sal.  Y por último, rellenamos las cáscaras de berenjena que teníamos reservadas y sobre cada una una, le ponemos una loncha de queso troceada de modo que no sobresalga. Gratinamos al horno unos 5 minutos a 225º bastan, pero como cada horno es un mundo, mejor le ponéis la temperatura máxima y las vais mirando hasta que estén como os gusten, a mí me gustan muy doraditas. Una vez sacadas del horno, espolvoreáis orégano por encima y... ¡A la mesa! Si las servís con un buen vino, os garantizo un éxito seguro. Buen provecho.

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